28.3.09

Siete haikus

Partido ser
Rabia e ilusión
Llenan las horas

La juventud
En su sabio candor
Hoy te rescata

Aquí y allá
El cambio de estación
Se hace sentir

Tiempo cumplido
En la llegada ves
Nuevos paisajes

Hoy es mañana
Despierto dormiré
Al sol que llueva

El viento sopla
El rencor se arrima
Hacia la nada

22.3.09

A propósito de la biblioteca de Hitler

Reseño la columna de hoy de Javier Cercas, que a su vez glosa una crónica de Jacinto Antón sobre el libro La biblioteca privada de Hitler. Los libros que moldearon su vida, de Timothy W. Ryback:

“Nietzsche decía que el mucho leer embota, y también que hay gente que lee para no pensar. Así es al parecer como leía Hitler: para no pensar, o, lo que es lo mismo, para confirmarse en sus propias ideas, para continuar siendo quien ya era. (…)

"[L]eer sólo es leer de verdad cuando la lectura no confirma, sino que desmiente nuestras ideas, cuando nos convierte en otro, cuando no nos mete, sino que nos saca de nuestras casillas. (…)

"[H]ay que desconfiar de quienes no leen novelas; en particular, hay que desconfiar de esos intelectuales y políticos que afirman ser grandes lectores, pero no lectores de novelas porque les importa demasiado la verdad como para perder el tiempo con mentiras, y hay que desconfiar de ellos porque el énfasis en la verdad delata al mentiroso”.

Estas ideas me llamaron mucho la atención. Es probable que hace unos meses no lo hubiesen hecho de igual manera. Hoy me llevan a pensar que viviendo uno aprende algunas cosas, y que sólo a partir de ello es posible rescatar de las lecturas algunas verdades que previamente no eran evidentes. No porque sean presentadas como tales, revestidas de prestigio o complejidad, capaces de reafirmar las creencias previas de quienes son capaces de comprenderlas; sino porque, al confrontarlas con la propia experiencia, somos capaces de inducir de otras humanidades una comprensión más amplia del mundo. Otras humanidades entendidas como gente, como uno o no, que no está buscando dar más visiones del mundo que la de sus propias experiencias, sin mayores pretensiones de universalidad que la honesta aspiración a una eventual trascendencia artística. Al menos esa es la literatura que de un tiempo a esta parte me interesa, junto con el estudio de la historia. Reconociendo que toda aproximacion a la realidad es siempre parcial.

Donde me era fácil admirar y hasta envidiar a intelectuales o aspirantes a tales por la seriedad y los alcances de las lecturas que emprenden y los temas que estas abordan, ahora puedo ver con claridad las posibilidades, ya no tan enriquecedoras, de autoindulgencia que pueden subyacer no solo en las lecturas sino, cómo no, en aquello que, al escribir, esa especie es capaz de recrear. Pienso con alivio que mi vanidad es más sana y modesta que eso. Y puedo apreciar que mi desconfianza por la pretensión intelectual, largamente intuida e incomprendida, haya alcanzado para no confinarme a un complejo de simplicidad que hubiera podido alejarme de la posibilidad de sentirme profundamente conmovido y alterado (tal vez para siempre, qué maravilla) por un poema, una canción o las novelas más delirantes.

Al final, es como dice Bruce Springsteen en una canción: We learned more from a three minute record than we ever learned in school. Creo que Daniel F dijo algo parecido, pero yo le voy al Boss.

16.3.09

De otro tiempo (¿2002? y días atrás)

cuando venga a buscar tu corazón
con mi palito anticuchero
sabrás que el sabor
va de la mano con el dolor

---

dame una tregua
para curar mir heridas
y preparar un buen golpe
que te descalabre enterita

---

cuando iba a apretar el gatillo
y acabar con su insomnio
el gatillo calló
y salvó el pescuezo

---

Hoy he visto el rostro de la mentira
Que todavía me invade

La maldigo entre arcadas, enfermo:
Fuera de mí, por fin.

La próxima que encuentre ese rostro
Purgado, veré a través

(9 de marzo de 2009)

15.3.09

Piel

En momentos como este pienso en la cantidad de piel que permanentemente desechamos. En momentos como este, digo, en que hago limpieza de mi casa y me encuentro con todo este polvo que no sale de otro lado que de mí mismo. Y me pongo metafísico, pues me doy cuenta que son partes muertas de mí. Y entonces me detengo, vuelvo a postergar la limpieza, abro una cerveza y me siento a perder el tiempo un rato más.

Me encantan los domingos.

5.3.09

Chiquitas


Escribir.- La necesidad de satisfacer algo que puede ser la pura vanidad de uno. Y sin embargo la plenitud siempre fue para mí de a dos y efímera. Por cierto, fuera de la cursilería de rigor, el amor normalmente me alejó de la escritura. Pero la insatisfacción se las arregla para volver...

Un amor.- Idealista e ingenua en su afán por controlar y planificar. Hiperactiva y siempre enrollada en supuestas carencias afectivas y desarraigos propios de una vida expatriada. Fuimos felices hasta que me faltó el relajo y quise escribir. Conservo el cariño y creo que cierta disciplina.
Otro amor.- Otra que escribe. Va (o se queda) a la deriva, entre sus impulsos y deseos. Luego la paralizan complejos y depresiones. Sospecho que en el vacío encuentra que la traición tiene sentido. Quise ser cómplice y por supuesto me tocó ser víctima. Espíritu deportivo es lo que toca.
Felicidad.- Siempre habrá una razón para sufrir, no importa lo que digan las iglesias evangélicas, las hadas, el cine o los libros de autoayuda. Y siempre habrá una razón nueva y más poderosa o más atractiva para sufrir. Comprenderlo ayuda a pasarla sin dramatizar más de la cuenta.

Destinos.- En la disyuntiva entre quedarse o ir, normalmente aposté por ir. Impulsiva y atorrantemente, lo reconozco. Pero me gusta pensar que siempre la decisión fue prueba de intuición, autonomía y honesto espíritu aventurero. A veces se pierde pero nunca me arrepentí.

Distancias.- Objetivas y subjetivas, espaciales y temporales, reales e imaginarias, voluntarias y espontáneas, etcétera. Las distancias que importan son las que pudiendo salvarse no se salvan. E importan por las razones de esa incapacidad, más que por la distancia.

Esperanzas.- No creo que el mundo pueda o necesite ser salvado. Y sin embargo me simpatizan quienes quieren salvarlo. Como el Quijote o como Cristo. Pensándolo mejor, creo que en realidad los que me simpatizan son los que en el fondo saben que no se van a salvar y lo asumen con atorrancia.

Aburrimiento.- En primer lugar encuentro aburridos los difuerzos y las multitudes. Dicho esto, creo que soy un buen solitario: mi pared y mi techo no son aburridos. He empezado a encontrar aburridos los libros, una preocupante mayoría de libros. Y he empezado a encontrar aburrido este blog.

Egoísmo.- En casos como estos, en los que se pretende explicar conductas y actitudes con palabras y argumentos verosímiles, pienso que escribir, más que un intento por abrir compartimentos, puede ser testimonio, justificación y reafirmación de la negada autosuficiencia.

Final.- Nada dura para siempre. La parte difícil del final es la de la espera final, valga la redudancia. También hay diversos tipos de final: a mi me gustan los finales rápidos. Oi una vez la historia de alguien que a los 25 decidió suicidarse a los 60, se atuvo a eso y tuvo una gran vida…