4.7.09

Otro post

Escribir. Algo que sea importante ahora. Al menos divertido. Que valga la pena ser leido, vamos.

Estoy pensando por qué diablos estoy despierto tan tarde, con estas ganas necias de escribir algo sin mayor idea en la cabeza.

¿Será que finalmente me estoy volviendo adicto al puto blog?

Contaré mi día, querido diario: Calor, día de mierda en la oficina. No almorcé por volver a casa temprano. Felizmente el horario de verano, pero igual tardé en salir.

Qué calor del carajo. Llegué y volví a salir, corriendo (bueno, caminando), a la tienda a por cervezas.

Ni pensar en salir con este calor. Abrir las ventanas nomás, y tal vez ver a los niños jugar en el patio. Igual la bulla que hacían dificultaba la siesta.

Luego llamé a J para que venga a ver el tenis. Le íbamos a Murray y perdió. El domingo le iremos a Federer.

Comimos pollo con arroz, habas y ajíes. Y helados de mango y limón. Bebimos cervezas (voy a por otra ahora).

Recibí un texto de la pequeña B: mañana nos vemos. El otro día me dijo que las relaciones son como los libros: van y vienen, buenos o malos, siempre te dejan algo. Ella es buenísima y está dejando cada vez más.

Se fue J, a los niños los guardaron y el calor finalmente empezó a bajar.

Se me ocurrió titular este post “Insomnio de una noche de verano”. Qué atorrante.

Se me ocurrió que francamente este post no merece ser publicado. Luego me dio igual.