Venía controlando la situación. Pero hoy al despertar – varias veces, durante la noche y la madrugada – la cosa ha estado clara. Como pocas veces quise estar acá y ahora; y simplemente no me hallé, pues no me hallaba.
Eso entonces y esto ahora. He pasado el día sintiendo el vacío y empiezo a comprender que sí, o que no; que vivir en el limbo es la nada; que nadie lo merece, y que en el fondo lo sé.
La naturaleza es sabia y uno es un necio. El deber, limitado por el poder o su ausencia, y por el beber, vuelve en formas de castigo y de culpa.
Medio despierto o medio dormido (espero no haber hablado en esos estados) pude oir una risa de otro tiempo, burlona a través de la ventana que – no hay casualidades – sigue entreabierta a pesar de la lluvia.
Todas esas cosas que no pasan cuando la felicidad es plena. Mejor decir: todas estas cosas que pasan cuando se pierde la confianza.
Maldita sea.
Eso entonces y esto ahora. He pasado el día sintiendo el vacío y empiezo a comprender que sí, o que no; que vivir en el limbo es la nada; que nadie lo merece, y que en el fondo lo sé.
La naturaleza es sabia y uno es un necio. El deber, limitado por el poder o su ausencia, y por el beber, vuelve en formas de castigo y de culpa.
Medio despierto o medio dormido (espero no haber hablado en esos estados) pude oir una risa de otro tiempo, burlona a través de la ventana que – no hay casualidades – sigue entreabierta a pesar de la lluvia.
Todas esas cosas que no pasan cuando la felicidad es plena. Mejor decir: todas estas cosas que pasan cuando se pierde la confianza.
Maldita sea.